La semana pasada me salté la ida al cine. He estado ocupado con algunos proyectos y otras cosas que ya luego compartiré pero estoy seguro de que las siguientes semanas no habrá excusa que me detenga. Con esto de que ya empezó la temporada de premios con losGolden Globes y los Critics' Choice acaban de pasar y por fin llegan a México todas esas películas de las que se escucha hablar pero que no se han visto.
Precisamente comenzamos esta semana con la ganadora a mejor película: La Forma del Agua. En las siguientes semanas podemos esperar otras como Tres Anuncios por Un Crimen, Todo el Dinero del Mundo, Llámame Por Tu Nombre, etc. Algunas incluso llegarán de forma exclusiva a Cinemex como Yo Tonya y, mi más anticipada, The Disaster Artist: Obra Maestra para que estén atentos y no se las pierdan.
La Forma del Agua
(The Shape of Water)
[ Drama / Fantasía / Romance ]
¿De qué va?
Son los años 60 en Baltimore, la Guerra Fría y la Carrera Espacial mantienen a los Rusos y Estadounidenses en constante competencia. Elisa Esposito es una mujer muda que trabaja en la limpieza de una facilidad científica del gobierno estadounidense. Ella se encuentra ahí cuando llega un nuevo espécimen: una criatura anfibia. Elisa toma cada oportunidad que tiene para visitarlo y rápidamente se encariña con él.
Entonces
Guillermo del Toro es conocido porque siempre logra inyectar una gran cantidad de magia en el 90% de las cosas que hace y La Forma del Agua es la más reciente y la más mágica desde El Laberinto del Fauno en el 2006. No he visto todas sus películas pero creo que no sería muy aventurado decir que esta es la mejor.
La Forma del Agua es en su núcleo una historia de amor entre dos seres que a pesar de ser diferentes tienen una conexión muy fuerte. Es simple pero, como en todo, la ejecución es la que realmente causa el impacto necesario para que esas imágenes se queden grabadas en la mente. Del Toro lo hace a través de buenos personajes, de diálogos memorables, música increíble, cinematografía cautivante y un guión fluido que acontece en un mundo bien desarrollado y establecido. En otras palabras, no se le pasó nada.
Desde un principio vemos a Elisa (Sally Hawkins) como una mujer muda que tiene una vida rutinaria pero que no parece estar muy en descontento con ella. Cubre sus necesidades sexuales, va a su trabajo, interactúa con su vecino Giles (Richard Jenkins) y con su hilarante compañera de trabajo llamada Zelda (Octavia Spencer) con quienes comparte sus días. Aun así se le puede ver una cierta tristeza solitaria por momentos pero Elisa es una buena mujer que tiene sueños. Más adelante en la película vemos que sólo necesita algo para mostrar también lo fuerte que puede llegar a ser.
Sally Hawkins interpreta a Elisa con emoción desbordante. Es un personaje que es fácil querer, mucha bondad pero nada de ingenuidad o inocencia. Como se trata de una muda, la actuación de Sally se basa en gran parte en movimientos y gestos que involucran todo su cuerpo para comunicar no sólo palabras si no emociones. En una escena como a los 25 minutos de la película Elisa conversa con su vecino Giles. Ahí el diálogo y su actuación simplemente te rompen el alma. Esa es mi escena favorita, por cierto.
La película es muchísimo más graciosa de lo que me esperaba. Hay muchas bromas o momentos chistosos que conectan fuerte. Vi la película dos veces y en ambas ocasiones las risas incluso llegaban a las carcajadas. Que sea divertida es gracias al cast secundario. Octavia Spencer como Zelda es el personaje que más comedia aporta. Una ama de casa / conserje amiga de Elisa que es lo contrario a ella. Con esto quiero decir que no le para la boca, pero siempre tiene algo ingenioso que decir así que no es molestia para nada. Giles por el otro lado es vecino de Elisa y un artista que pinta anuncios y comienza a luchar con la llegada del uso de fotografías en lugar de pinturas. Esta película es muy sútil poco a poco nos damos cuenta de que en realidad Giles es gay y eso es algo que también tiene que enfrentar en su vida. Su consuelo, tener gatitos...
Así como estos personajes son muy graciosos, también abren las puertas a algunos de los temas más pesados que la película no trata directo pero aun así presenta. Zelda es afroamericana y como la película está ubicada en los años 60, sería muy erróneo imaginar que le va completamente bien. De hecho hay muchas escenas en la que personajes blancos tratan como menos a los afroamericanos que forman la mayor parte de la fuerza de trabajo rudo en la facilidad. Al mismo tiempo con Giles quien es visto con repudio por otros personajes una vez que se presenta como homosexual. Hasta cierto punto se podría decir que Elisa trabajando en limpieza es también por su mudez.
Como digo, estos temas no son para nada el principal pero ayudan como soporte a la idea de que todos sentimos cosas y que por no ser lo "normal" se nos debería tratar como basura.
Hablando de cosas negativas. El villano de la historia es el Coronel Strickland (Michael Shannon), un hombre ambicioso que no se permite a sí mismo ni a los demás el fallar. El típico macho alfa que hace y dice lo que quiere y que pisoteando a los demás ha llegado a donde está. En los laboratorios demuestra esto poniendo su palabra por encima de la de los científicos, sólo como un ejemplo.
Michael Shannon es increíble en esta película. Su interpretación da vida a uno de los villanos que más odio han plantado en mí, haha. De verdad que no habrá escena en la que no lo odien.
Michael Stuhlbarg interpreta al Dr. Hoffstetler quien es más doctor que espía ruso y desea poder mantener con vida a la criatura anfibia. Su personaje es menor que de los otros que ya hablé pero igual es importante para la historia.
La historia de amor entre Elisa y la criatura anfibia es algo extraña, ese es el punto pero a pesar de ello se siente una verdadera relación entre ellos. Al principio parece como si estuviera tratándose de una persona con un animal, pero conforme ves sus interacciones, la relación crece en un nivel un poco más espiritual gracias a la falta de lenguaje a través de vocablos y más por señas y gestos. Para el final entiendes mejor los sentimientos de Elisa.
La cinematografía y escenografía en esta película son bellísimas. Es parte de lo que ayuda a que te creas la historia. El mundo parece de fantasía pero aun así tiene sus propios personajes que sólo aparecen de vez en cuando como el dueño del cine vecino al departamento de Elisa o Yolanda, la trabajadora de limpieza que siempre se queja de que Zelda le aparte lugar a Elisa para checar hora de llegada, o el joven que trabaja vendiendo tartas.
Guillermo del Toro es un geek de corazón y muchos de estos toques al mundo reconozco que bien podrían aplicarse a un videojuego sin problemas. De hecho hay muchas partes de esta película que me recordaron a videojuegos y la música es otra de ellas.
La banda sonora de La Forma del Agua es increíble. El tema principal es muy bello y se repite constantemente con alteraciones que lo ajustan para la ocasión. Alexandre Desplat lo compuso y le agradezco pues su música captura la magia completamente. Entre las piezas musicales también hay canciones. You'll Never Know es la principal con todo y número musical (del cual no soy muy fan, la verdad). La Juvanaise de Madeleine Peyroux es de todas las canciones que aparecen mi favorita no sólo por sí misma si no la escena en la que es utilizada es sencilla pero emocional.
La Forma del Agua es una película que se siente sin clasificación. Es mágica como una película familiar o para niños, tiene romance, diversión, comedia, desnudos, lenguaje inapropiado, violencia, música, esperanza, tragedia. Es increíble la cantidad de cosas que Del Toro logra capturar sin sentirse fuera de tono. Adoro esta película y agradezco que fue mi primer experiencia en el cine del año.
La recomiendo infinitamente.
Calificación: 5 tartas de limón de 5.
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Enero, Febrero y Marzo para mí son buenos meses en el cine. Se viene todo lo que no se había estrenado y normalmente son de calidad así que estoy muy emocionado. Espero que les haya gustado The Shape of Water tanto como a mí. Me la he pasado escuchando el soundtrack incluso mientras escribía. Es muy bonito.
¡Gracias por leer!
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